Todo el mundo es infiel, la infidelidad es normal.
Tener una aventura es bueno, hasta puede hacer revivir un matrimonio aburrido.
Cuando ocurre, es porque el infiel ha dejado de querer a su pareja.
El / la amante es más atractivo (a) que la esposa (o).
La infidelidad es culpa de la pareja a la que se es infiel (ha fallado de alguna manera).
Lo mejor que se puede hacer cuando se descubre la infidelidad de la pareja, es actuar de forma indiferente (en nuestro medio esta actitud tiene varios nombres “hazte la loca”, “no sabes nada”, “ya se aburrirá”, etc.).
Una vez que comienza la infidelidad, se debe recurrir al divorcio.
La revelación de una infidelidad trae como consecuencia el que la persona engañada se “muera”, “me mate” o “me deje”.
Tener una aventura es bueno, hasta puede hacer revivir un matrimonio aburrido.
Cuando ocurre, es porque el infiel ha dejado de querer a su pareja.
El / la amante es más atractivo (a) que la esposa (o).
La infidelidad es culpa de la pareja a la que se es infiel (ha fallado de alguna manera).
Lo mejor que se puede hacer cuando se descubre la infidelidad de la pareja, es actuar de forma indiferente (en nuestro medio esta actitud tiene varios nombres “hazte la loca”, “no sabes nada”, “ya se aburrirá”, etc.).
Una vez que comienza la infidelidad, se debe recurrir al divorcio.
La revelación de una infidelidad trae como consecuencia el que la persona engañada se “muera”, “me mate” o “me deje”.
Ahora bien, lo cierto sobre la infidelidad es que:
No es una conducta normal, sino un síntoma de varios problemas acumulados.
La infidelidad es peligrosa y puede terminar con un matrimonio.
Esta puede ocurrir en matrimonios buenos.
Las aventuras implican sexo, pero el sexo no tiene por qué ser el propósito de la aventura.
Nadie puede forzar a otro a tener una aventura.
A las aventuras las alimenta el secretismo y las amenaza la revelación.
Los matrimonios pueden superar con esfuerzo el daño de una aventura, si la aventura es revelada.
Alicia Ibarra
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